Señales de FRB

Alarma entre los científicos: 15 señales de radio de origen desconocido

15 breves pero intensos pulsos de radio procedentes de FRB 121102, una misteriosa y lejana galaxia enana que se encuentra a 3.000 millones de años luz de la Tierra, en la dirección de Auriga en el hemisferio norte han sido captados por el radio-telescopio de Arecibo.

Estas señales han sido detectadas por Breakthrough Listen, es el programa de investigación científica más grande del mundo que se ha hecho para encontrar pruebas de civilizaciones extraterrestre. El programa escucha un millón de estrellas y escanea el centro de nuestra galaxia y todo el plano galáctico. Más allá de la Vía Láctea, escucha mensajes de las 100 galaxias más cercanas.

Projecto SETI at home
Projecto SETI at home

FRB 121102 fue descubierta en 2012 y es la única fuente conocida en la que las señales se repiten. Desde que fue detectada se han registrado más de 150 emisiones procedentes de ese único objeto, y estas últimas señales recibidas el pasado 28 de agosto descubiertas por Siemion y su equipo, la pone en el punto de mira de los científicos.

En noviembre de 2015, el astrónomo Paul Scholz de la Universidad de McGill en Canadá, encontró diez pulsos de radio rápida en mayo y junio de 2015 por el radio-telescopio de Arecibo. Las diez ráfagas tienen medidas de dispersión y posiciones de cielo consistentes con la explosión original FRB 121102, detectada en 2012. Al igual que la explosión de 2012, las 10 ráfagas tienen una medida de dispersión plasmática que es tres veces mayor que la posible para una fuente en la Vía Láctea, con lo cual se descarta el origen terrestre de la señal.

El 16 de diciembre de 2016 se notificaron seis nuevos FRB en la misma dirección (1 recibida el 13 de noviembre de 2015, 4 el 19 de noviembre de 2015 y 1 de 8 de diciembre de 2015). Esta es la única instancia conocida en el que estas señales se han encontrado dos veces en la misma ubicación en el espacio. FRB 121102 se encuentra a una distancia mínima de alrededor de 1150 UA.

A partir de enero de 2017, se cree que el FRB 121102 está situado en una galaxia enana a unos tres mil millones de años luz de la Tierra con un núcleo galáctico activo de baja luminosidad o un tipo extragaláctico desconocido, o una estrella de neutrones joven energizante un remanente de supernova.

El 26 de agosto de 2017, los astrónomos que utilizaron datos del Telescopio del Banco Verde detectaron 15 repeticiones de FRB procedentes del FRB 121102 de 5 a 8 GHz. Los investigadores también observaron que el FRB 121102 se encuentra actualmente en un «estado de actividad intensificado y se fomentan las observaciones posteriores, particularmente en frecuencias de radio más altas».

Aún se desconocen las causas de estas señales de radio. Las posibles explicaciones van desde estrellas de neutrones en rápida rotación y con campos magnéticos de extrema intensidad, objetos conocidos como magnetares, pero nada es seguro. También se baraja la posibilidad de que se trate de fuentes energía, quizá en forma de potentes rayos láser, utilizadas por una civilización alienígena con fines desconocidos. El equipo piensa que este hallazgo excluye eventos autodestructivos y cataclísmicos que sólo podrían ocurrir una vez, como la explosión de un agujero negro o la colisión entre dos estrellas de neutrones. Según los científicos, los datos apoyan un origen en una estrella de neutrones giratoria o pulsar, o en una estrella de neutrones altamente imantada como un magnetar, o de púlsares altamente magnetizados que viajan a través de cinturones de asteroides, o de un desbordamiento intermitente del lóbulo de Roche en un binario binario de estrellas de neutrones blancos.

Las nuevas antenas del SETI
Las nuevas antenas del SETI

Andrew Siemion, director del centro de Investigación SETI de Berkeley y del programa Breakthrough Listen afirma que: «Nunca habíamos visto estallidos de esta fuente a unas frecuencias tan altas». Por lo cual la mayoría de científicos que buscan civilizaciones extraterrestres tienen los ojos puestos en esta galaxia enana.

«Sean o no estas ráfagas de radio la firma de una tecnología extraterrestre -asegura por su parte Siemion- los cierto es que Breakthrough Listen está ayudando a empujar las fronteras de una nueva y pujante área de nuestra comprensión del Universo que nos rodea».

 

Qué son las FRB

 

En radioastronomía, una explosión de radio rápida (en inglés, Fast Radio Burst o FRB) es un fenómeno astrofísico de alta energía de origen desconocido que se manifiesta como un impulso de radio efímero que dura sólo unos pocos milisegundos. El primer FRB fue descubierto por Duncan Lorimer y su estudiante David Narkovic en 2007 cuando estaban mirando a través de datos de la encuesta de pulsar de archivo. Desde entonces se han encontrado muchos FRBs, incluyendo este que es un FRB repetitivo.

Señales FRB
Señales FRB

A diferencia de muchas fuentes de radio, la señal de una FRB se detecta en un corto período de tiempo pero con suficiente fuerza para destacarse del nivel de ruido. La ráfaga aparece generalmente como un solo punto de energía. Las ráfagas duran un período de varios milisegundos. Las ráfagas vienen de todo el cielo, y no se concentran en el plano de la Vía Láctea.

Además, hasta ahora, las FRB sólo se habían podido observar con antenas de poca resolución, por lo que era «como mirar al cielo sin gafas. Sabes qué estás viendo y cuándo pero no puedes precisar muy bien en qué punto del cielo se ha producido el destello», según explica el astrofísico Benito Marcote.

Y es que hasta entonces, sólo se habían usado radiotelescopios individuales (principalmente el de Parkes, en Australia, y el de Arecibo, en Puerto Rico, de 305 metros de diámetro), pero para confirmar los resultados era necesaria más resolución.

Para solucionar este problema se han combinado 27 antenas separadas unos cien kilómetros que es como observar el cielo con una antena de cien kilómetros de diámetro, algo imposible de construir. De esta manera, fue posible identificar de dónde venían los destellos y se pudo confirmar, por primera vez, que procedían de otra galaxia, a unos 3.000 millones de años luz.

Deja una respuesta

Tu e-mail no será publicado. Los campos requeridos están marcados con *